Visita cultural a la Villa del Libro de Urueña, Valladolid
Hola amigos:
Quiero comentar que soy un poco geta y racanoso para estas cosas de comentar FUNDACIONES y ASOCIACIONES CULTURALES. Tengo por costumbre no visitar casas ajenas sin invitación, pero cuando me invitan, me rompo en cuerpo y alma por aquellos que son generosos conmigo o con mi seudónimo, seudónimo también con P...
La tarde del sábado visité la ciudad de Valladolid... ¡Qué quieren que les diga! Es mi cuna, mi tierra, mi acera, mi Chacel, mi Delibes, mi Guillen, Luelmo, Francisco pino, Paco Umbral, Martín Abril, Arcadio Pardo, Jimenez Lozano, Alonso de Santos... La catedral sin terminar, los arcos del patio Herreriano colgando, el Puente Mayor, La Rosaleda y las pucelanas... serias, siempre muy serias!
Empezamos la tarde con unas copas por las tabernas y terrazas de la Plaza Mayor, unos pinchos de lechazo en el Alarcón, de la Sepia una sepia, cazoletas en el Figón, Boquerón de Plata y no cuento dónde terminamos a las tres de la mañana, por si estamos en horario infantil...
Para
poder disfrutar del encanto especial y del duende de una villa como la de Urueña hay que levantarse pronto, no
dejar que el sol se alce sobre la techumbre de nuestro utilitario, y creer,
porque aquí es querido viajero donde está el misterio, que un lugar amurallado
puede transportar, relatar, recobrar y devolver nuestros pensamientos a tiempos pasados de juglares, titiriteros, ajusticiados, soldadescas, clérigos con cíngulo y poetas díscolos que bien asaltaban por
orden del rey un triste campo de trigo, que saltaban de un balcón o por encima
de una hoguera en la noche de San Juan, y que por no aburrir a la feligresía,
escenificaban un Acto Sacramental utilizando por escenario, por ejemplo, el
altar de la iglesia de Santa María del Azogue, edificada en el centro de la
villa y quizá sobre un espejo de mercurio o entre los puestos de tenderos y
mercadeo medieval y mozárabe. ¡Señor qué vasallos aquellos, qué trabajo, qué
magnificencia! ¡Qué piedras! ¡Qué arcos! ¡Qué almenas! ¿Pero es qué estas
gentes no tenían prisa o quizá sabían que la historia de un pueblo, que con
admiración ha de ser contemplada, se alza piedra a piedra o palabra junto a palabra?
De
poco sirve correr cuando saliendo de la Autovía del Noroeste dirección a Benavente, pasado el cartel que nos
recuerda la hazaña comunera de 1521 en la villa de Villalar, abandonamos la rapidez
de las dobles vías para entrar en curvas lentas y sinuosas acompañadas por
pinares y cereales, transitando por carretera ascendente hacia las murallas de
Urueña, vigilada por caminos de tierra que antes fueron de vía Toresana, y de mesta, y de señorío. ¡Ay mi Castilla! Remite tierras de Castilla a mi pensamiento los
momentos que por humilde te hiciste grande; caminos y más caminos de Mesta y
Reales, caminos que ya no los recorre nadie, si no el polvo abandonado del
camino que levanta el aire.
¿Qué
vamos a encontrar en Urueña?, preguntamos a nuestro estúpido navegador de
última tecnología. ¿Por qué utilizamos el camino más corto, el más rápido, el
menos cultural por la autopista A6 desde la ciudad de Valladolid donde nos
alojamos en dirección a La Coruña? Porque
tenemos el corazón como las piedras de la escalera de subida al adarve: el
camino de ronda pisado por mil guardianes velando el sueño de los carrasqueños.
Pobre corazón el nuestro, pisado por la economía que hace por la fricción
endurecer su exterior igual que coraza de piedra, mientras la velocidad, la tecnología,
el aparentar y el ego personal endurecen el interior templado el latir y colando
el pulso para ser de acero.
¡En
Urueña vamos a pisar piedra vieja! Tiempos medievales donde las doncellas de la
familia de los Girón dieron con los linajes de Osuna feudos y poderes de Peñafiel
al Conde de Urueña; tiempos de riñas, de feudos, de fronteras y del inicio del
esplendor de las tierras de Castilla: corazón y piedra, quizá mucha piedra.
Estamos en Urueña y es verdad que
hasta mi mente llegan los versos de Manuel Machado: El ciego sol se estrella en
las duras aristas de las armas, llaga de luz los petos y espaldares y flamea en las puntas de las lanzas... Sí, ya pisamos piedra, y campo de batalla, y lugar santo, y aquí la torre del
homenaje, y allí el torreón de Doña Urraca, y la puerta del azogue, y mil casas
solariegas con escudos de renombre, donde quizá hace cientos de años las tres
hijas de un conde, por invasión o envidia, como represalia o por infamia fueron presas; y quizá en algún lugar de esta
villa, en los sótanos o solanas de tan antiguas haciendas, se esconde en mil
legajos escrito el cuento, o la crónica, o la leyenda, que siendo presas las
doncellas por un dragón que solía tener mejor corazón que el padre de las retenidas,
un caballero entonó un poema de amor en la Casa de las Rejas, acompañado por el
sonido de laúd y cítole como me lo han contado, y que al fin de la historia,
como siempre suele ocurrir, el dragón
muere, qué para eso son los dragones por ser mejores seres que los seres humanos: el mitológico animal capaz por tan bella
rima de ofrecer su vida para satisfacer la felicidad de las princesas… ¡Pobre de mí, romántico empedernido!, que sin
la luz de tus ojos expuestos ahora me siento desolado, pues eres igual que
Excelsa y María, toda llena de encanto y de gracia. Y aquí está la gracia de
Urueña: en el cuento, en la leyenda, el genio, el misticismo, el juglar, la diseñadora,
la música y la letra; librerías para guardar misterios; talleres de
encuadernación y caligrafía; y fundación de música; y laboratorio de diseño; y casas rurales y hoteles, y museos con tañidos
para espadañas, y centro Etnografico, museo con gramófonos y para terminar, pues es grato poder plantar tantas Y, después de visitar la ermita de la Anunciada… Comer buenas viandas y beber buen vino para poder hacer camino... ¡Ay Señor qué vida más teticiega tengo.... cuando no trabajo!
¿Qué es Urueña, un pueblo de libros o una villa de letras? Urueña es un lugar de creación, de
muralla, de duende, de leyendas… de nuevas leyendas.
Todo mi cariño y agradecimiento a la Oficina
de Turismo de la Villa de Urueña; a la Fundación Música Abierta por su trabajo
para discapacidades; a Myriam Anllo por su arriesgada iniciativa con su
Laboratorio de Diseño DILAB y para terminar, sin ser más importante el principio que el final, un saludo a los vecinos de Urueña y a la
Diputación Provincial de Valladolid, Fundación Villa del Libro URUEÑA, porque gracias a
vosotros, con vuestra presencia y trabajo, hay un lugar especial para
descansar, para olvidarse y fondear en el tiempo medieval, para saber quien
somos y que fuimos en el pasado: piedra a piedra, letra a letra, para poder retornar al campo
y crear leyendas, cuentos y sueños en el aplanado y reseco camino de Castilla.
Villa
de Urueña; Villa del Libro Urueña
Lugares
y Monumentos de interés:
Puerta del Azogue (siglo XII y XIII);
Iglesia de santa María del Azogue; Casa de la Mayorazga; Puerta de la Villa;
Casa solariega de los Isla; Mirador del cubo nuevo; ermita de la Anunciada,
ermita de estilo románico del siglo XII construida sobre el monasterio mozárabe
de San Pedro (CITA PREVIA en la Oficina de Turismo); Monasterio cisterciense de
la Santa Espina (10 Km); San Cebrián de Mazote (Iglesia mozárabe); Museo de la
Colegiata de San Luis (Villagarcía de Campos).
Museos,
librerías y colecciones:
Centro Etnográfico Joaquín Díaz; Colección campanas
Quintana; ESPACIO DILAB; Museo del
Gramófono; Museo de la Música; Juguetería
Tradicional ORIENTE 9: Fundación Música Abierta para discapacidades; Centro
e-LEA Miguel Delibes; LIBRERÍA EL RINCÓN ESCRITO (literatura francesa); LIBRERÍA
PÁRAMO; LIBRERÍA ENOTECA “MUSEO DEL VINO”; ALCUINO CALIGRAFÍA; LA BODEGA
LITERARIA; LIBRERÍA EL GRIFILM (adaptaciones, guiones, biografías, técnica, teoría,
ensayo, revista antigua); BOUTIQUE DEL CUENTO; LIBRERÍA ALMADÍ; LA PUNTA TA DEL
ICEBERG, Librería Institucional; LIBRERÍA ALCARAVÁN.
Siempre a vuestra disposición: es de bien nacidos ser agradecido Un saludo y mis mejores deseos a los lectores |