sábado, 19 de mayo de 2012

El Conde de Montecristo



 
El Conde de Monte Cristo de Alejandro Dumas
 
Arrancarás los dientes al dragón y pisotearás los leones, ha dicho el Señor (El conde de Monte Cristo)

Cuando realizamos la sinopsis del libro de Alejandro Dumas  EL CONDE DE MONTECRISMO, hace ahora doscientos años, porque nosotros los escritores somos inmortales, decía mi MAESTRO señalando a Cristo en la cruz:
No intentes elevar a los ojos de tus semejantes, y menos aún a los de los no creyentes, a la altura de icono a un hombre perfecto y sin poderes sobrenaturales, pues nunca llegará nuestro vecino por perfecto que sea a la ideológica altura de héroe sin nuestra ayuda, siendo nosotros en su nbeneficio revuelta, retórica o revolución; no conseguirás desenmascarar en el mundo moderno al villano, al traidor, al avaro, al mentiroso y al corrupto simplemente solicitando a Dios una oración por sus negras almas, pues la capa de oro con la que se cubren losque se jactan de ser poderosos ante los asnos por los que son mirados sólo con el hacha de la batalla justa ha de ser partida, cortando dolorosamente para nosotros gentes buenas y sencillas con la verdad sus carnes; pero no os engañéis, es dificil desenmascarar y hacer justicia usando el acero del hacha y con el acero de la espada, pues sólo clavándose el infortunio en sus tesoros será más doloroso que arrancar su vida, pues su vida nada vale, pues son siervos del dinero, de lo material, pues nada es más insufrible para ellos que estar de rodillas o a un igual ante su pueblo, mi pueblo, nuestro pueblo. Covenceos, decía mi MAESTRO, nunca serás capaz de abrir los ojos de los ilusos mientras el hambre y la necesidad acompañan a los ilusionistas armados con sus flautas; no conseguirás ni oro, ni fama, ni gloria en tu beneficio engañando al lector y mil veces sentirás el gope del agua contra tus ideas… ¡Ay mi pequeño SHAOLIN!; para alcanzar la riqueza (espiritual y material) no alces tú, tus mejores y  grandes obras en tu nombre, sino en alabanza de su amistad y su Gloria: “NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS SED NOMINE, TUO DA GLORIAM"

Entones señalando el crucifijo de marfil mi MAESTRO decía: Ecce Homo, he aquí al hombre… y he aquí a nosotros, los que queremos ser dioses, pues creamos con nuestra escritura. ¡Nosotros queremos ser escritores, y ser brisa, y ser verdad, ser palabra y desenmascarar a los mentirosos! Y nuestra mejor definición (ser escritor) fue escrita para los gentiles por Friedrich Nietzsche: Queremos vivir los fuertes vientos, por encima de ellos, teniendo por vecinas a las águilas, al lado de las nieves eternas, muy cercanos al sol. Al igual que los vientos quiero yo soplar entre ellos, y cortar con mi aliento su espíritu. Es mi propio futuro quien así lo desea. ¿Porque que es Zaratustra para todos los llanos sino un intenso viento?

¿Qué es el Conde de Montecristo para nosotros? ¿Edipo? Quizá un héroe sin poderes, un viento de muerte, el hombre culto siendo el compañero de las águilas, un vengador contra los avaros, un guerrero contra los usurpadores, un revolucionario contra el capitalismo, el Buenaventura, la Providencia…  Este manuscrito era la gran obra del abate Faria sobre el reino de Italia. El conde se apoderó de él con presteza, y sus ojos, mirando el epígrafe, leyeron: «Arrancarás los dientes al dragón, y pisotearás los leones, ha dicho el Señor. » -¡Ah! -exclamó -, ¡he aquí la respuesta! ¡Gracias, padre mío, gracias!
Pero si nos acordamos del Edipo Rey de Sofocles en su lucha por salvar la ciudad de Tebas, hemos también de referirnos a Cadmo, primer creador de Cadmia, la que sería después TEBAS.
Según la mitología griega Telefasa y  Agénor, Rey de Tiro y Sidon tenían tres hijos varones y una sola hija de gran belleza llamada Europa (ahora Europa está vieja y reumática). Cuando Zeus, tomando la forma de un toro raptó a Europa, el rey sirio ordenó a sus tres hijos que fueran en su busca y que no volvieran hasta haberla encontrado. Todos los intentos de los jóvenes fue en vano.
Uno de los hermanos, Cadmo, acudió al oráculo de Delfos en busca de consejo, y el oráculo le ordenó abandonar la búsqueda de Europa (porque Europa ya estaba perdida) y fundar una ciudad en un  lugar adecuado,  para lo que tenía que seguir a una vaquilla hasta que el animal se detuviera.
Cadmo se puso en camino y llegó a un valle fértil y hermoso pero solitario y deshabitado donde pastaba una vaquilla sin yugo, y Cadmo la siguió. La vaca se tumbo a rumiar cerca de un río, en un hermoso paraje, y el joven decidió que fundaría allí mismo su ciudad. Viendo que la profecía se había cumplido, sacrifico el animal a la diosa Atenea y luego, rendido por el cansancio, se durmió. En sueños se le apareció una hermosa mujer ataviada con blanca túnica, que portaba un casco y una resplandeciente coraza. En sus manos sostenía una lanza y un escudo de plata, y sobre su hombro reposaba una lechuza. Cadmo reconoció en el acto a la sabia diosa Atenea, quien con voz dulce le hablo:
- Cadmo, valiente guerrero, funda aquí tu ciudad. Para ello tendrás que matar a un enorme Dragón que custodia la fuente de Ares. Una vez lo hayas aniquilado, arrancaras sus dientes, labraras un campo para sembrarlos, y hollaras con tus pies a los leones…
Dicen las malas lenguas que el dragón era muy fiero, pero no es la verdad; en concreto el dragón deseaba la muerte porque estaba hasta las mismísimas narices de los gritos de las doncellas que tenían la costumbre de vestirse igual que LOLITAS.  Fue tal el alarido de las jóvenes, los gritos de Cadmo, el gentío de los INDIGNADOS que Zeus mandó a su hija Atenea para que ayudara a Cadmo de modo que acabara de una vez con aquel estrépito. Después  el héroe  arrancó los dientes al dragón y luego labró un campo con gran esfuerzo, y sobre la tierra, todavía húmeda de sangre y sudor, sembró los dientes de Dragón y esperó el brote de mil guerreros llamados los espartanos, quienes a las órdenes de su señor edificaron la ciudad de Tebas.
Por cierto: aclaro que la ciudad de Tebas es una ciudad de Grecia, situada al norte de la cordillera de Citerón, que separa Beocia de Ática, y en el borde sur de la planicie de Beocia. Estaba situada a 48 Km. al noroeste de Atenas. En tiempos antiguos fue la ciudad más grande de esa región. Distinta de Tebas de Egipto que fue la capital del Imperio Medio e Imperio Nuevo de Egipto; y que estaba situada en la actual población de Luxor. Tebas, la antigua ciudad llamada Uaset fue descrita por Homero en la Odisea como "la ciudad de las cien puertas".
En el caso que nos ocupa: El conde de Montecristo (Le comte de Monte-Cristo), la novela de aventuras clásica de Alexandre Dumas padre y Auguste Maquet (comento al lector que Auguste Maquet no figuró en los títulos de la obra, ya que Alexandre Dumas pagó una elevada suma de dinero para que así fuera reconociendo), según los críticos literarios se suele considerar como el mejor trabajo de Dumas, y a menudo se incluye en las listas de las mejores novelas de todos los tiempos.

El libro El Conde de Montecristo se terminó de escribir en 1844, y fue publicado en una serie de 18 partes durante los dos años siguientes. Pero, ¿qué es El conde de Montecristo?: ¿un héroe o un vengador?; un justiciero millonario o un solitario bandolero?.

 Quizá Montecristo es un simple hombre que con un poco de suerte, preparando su mente durante catorce años de cautiverio por medio de la lectura y el aprendizaje consiguiendo que su alma llegue a un momento de equilibrio: el YIN y el Yang (TAO, el camino); el equilibrio entre bien y el mal (ángel y bestia, en el cristianismo); la  Divina Providencia y la venganza involuntaria ( la intervención o el conjunto de acciones activas de Dios en el socorro de los hombres para que no sea el hombre quien manche con la sangre de los impuros sus manos, DEUS EX MACHINA).

El héroe de Alejandro Dumas no tiñe de sangre sus manos solicitando justicia. La venganza es contemplada en un principio por Edmundo Dantes como la JUSTICIA, pero la venganza es impía pues persigue un objetivo injurioso, sin embargo Alejandro Dumas nos presenta un hombre SUPERIOR, un hombre que se alza sobre los demás gentiles por su INTELIGENCIA, CULTURA, SOLIDARIDAD y COMPASIÓN convirtiéndose en la Providencia para aquellos que están necesitados de PAN y JUSTICIA; los que no engañan, los que dicen la verdad, los que no son demagogos, ni calumniosos, ni prepotentes, ni avaros, ni lujuriosos, ni corruptos, ni envidiosos salvando así a los que con su trabajo, por sus actos y labores , son los verdaderos héroes modernos que ven partir al héroe antiguo: He aquí al hombre, Ecce Homo, un icono nuevo: trabajador, solidario, honrado, libre y con criterios, hombres y mujeres sin necesidad de morir en una cruz por todos nosotros, pues quien murió en la cruz era superior al héroe, a todos nosotros, sobrenatural al hijo del hombre, pues sus palabras y hechos recuerdan que era y es el único hijo de Dios, algo doloroso, muy doloroso, una prueba sobrehumana  por la que cualquier que sea mi semejante, no debería sufrir en sus carnes. 

El resto del resumen, es decir, las partes obligadas de la sinopsis las dejo para el lector.
·         Página de título
·         Localización del texto, época, momento, biografía del autor.
·     Género literario y forma de expresión (épico, lírico, dramático; estilo literario: prosa, verso, dialogo, narración, descripción, epístolar, sarcástico…)
·         Análisis del contenido (argumento y tema)
·         Reconstrucción de la estructura básica del texto, análisis estructural: disposición lineal, disposición divergente, estructura dispersa, estructura abierta y aditiva ( núcleos, relaciones, introducción, desarrollo, clímax, desenlace) 
·         Tipos de narrador ( a) Tercera persona limitada: el narrador se refiere a los personajes en tercera persona, pero sólo describe lo que puede ser visto, oído o pensado por un solo personaje b) Tercera persona omnisciente: el narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen… y los hechos que no han sido presenciados por ningún personaje c) Tercera persona observadora: el narrador cuenta los hechos de los que es testigo como si los contemplara desde fuera, no puede describir el interior de los personajes d)  Primera persona central: El narrador adopta el punto de vista del protagonista que cuenta su historia en primera persona e) Primera persona periférica: el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera persona la vida del protagonista f) Primera persona testigo: un testigo de la acción que no participa en ella narra en primera persona los acontecimientos g)  Segunda persona narrativa: El narrador habla en segunda persona con lo que se produce un diálogo-monólogo del protagonista consigo mismo) según J. M. Díez Borque
·         Objetivo y tesis central del texto.
·         Argumentos principales del texto.
·         Reconstrucción del camino que conduce a la pregunta o hipótesis propia. a) Tesis y argumentos del texto –y de otros textos consultados– en lo relevante para la pregunta o hipótesis. b) Conclusión en forma de su propia pregunta o hipótesis
·          Bibliografía y Premios Literarios




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